Thursday, May 8, 2008

La Sacudida Muda

La vida era la foto. La vida era la foto…

Sabia lo que habia ocurrido antes y despues de tomarse la foto junto a los miembros de la familia, que a regañadientes (tambien) atendian las precisas instrucciones del fotografo: “Muevete para aqui, ladea la cabecita mas para alla, sonrie carajo, whiskey…” y como estatuas de carne, con esa felicidad pausada esperaba el momento del flash. Ese viaje a un futuro incierto pero agradecido por el sacrificio de capturar ese instante unico.

La vida era alrededor de la foto. La vida era alrededor de la foto…
Acordaba el sabor de la expectativa al inspeccionar los resultados del sacrificio. Se constataba quien era el, y su apariencia ante el resto de la humanidad. Revisaba las caratulas de los otros miembros y las comparaba con aquellas tomadas con su memoria. Se reia de los ojos involuntariamente cerrados, los copetes descontrolados, las furias mal escondidas, las risas no domadas, que aparecian en la foto en medio de chistes y bromas. Despues, esa misma foto, era enmarcada y colgada en alguna pared , para recordar una vez mas lo que era, y a lo que pertenecia. Con un orgullo que se evaporaba casi al instante, y se convertia en olvido, miraba esas fotos una y otra vez a lo largo de su vida, en un esfuerzo inutil por atrapar lo inatrapable.

Acaricio con su mirada miles de fotos. Las habia memorizado a punta de risas y de lagrimas con el pasar de los años, siempre constatando su vigencia frente a la vida, que parecia mas un rio turbulento de momentos. Era mas facil ver la foto, que ver la vida mientras tragaba agua y pataleaba para mantenerse a flote. Todo pasaba, y el se quedaba mirando sus fotos enmarcadas, puestesitas elegantemente en la orilla.

Lloro cuando empezo a ver las arrugas en la piel de su madre, y las canas en la de su padre, inexistentes en aquella foto destenida. Lloro cuando sus hermanos se graduaron del colegio y ya no se ilusionarian con la llegada ficticia de un Niño Dios; pero mas aun cuando se dio cuenta que ya nunca volverian a ser los mismos hermanos de la foto; sino otros, de otra foto que aun no ha sido tomada. Lloro cuando los mecedores de los abuelos se empezaban a quedar quietos y las mascotas de aquellas fotos se empezaban a mencionar con nostalgia. Y finalmente lo sacudio el hecho que su propia vida habia cambiado al igual que los otros, que tendria que tomarse muchas mas fotos en el futuro para poder darse el lujo de mirar atras, y que esto ultimo a la larga se le iba a olvidar.